Hilvanando Carnaval

 

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Me he pasado la tarde rizando una falda, primero he estado ayudando con alfileres a María a cortar la tela, después con puntadas pequeñas intentando ajustarla a  la medida de mi cintura.

Todo empezó semanas antes, cuando vinieron con una tela llena de pedrerías y bordados y acordaron que iríamos en un grupo  en la Cabalgata del Carnaval. A mí no me hacía gracia, pero cualquiera discute a quienes con ilusión te traen la tela cortada y te cuentan  que somos más de cuarenta haciendo el ganso, o la gansa. Así que me dejé llevar.

Cuando era más joven y los carnavales empezaban a aflorar en Ceuta junto con la democracia, me disfrazaba, me divertía hacerlo, entonces la fiesta estaba en la calle y cualquiera se resistía a su encanto. Eran otros tiempos.

Últimamente disfruto mucho con las comparsas y chirigotas, sobre todo la de Josemi, aunque siempre las  veo por la televivas, puesto que jamás consigo entrada para estar en el teatro. Es muy difícil, o tienes familia que actúe o pasas la noche en cola para conseguir entradas. ..

Mi padre siempre me ha hablado del Carnaval, él lo disfrutó cuando  joven, antes que Franco los prohibiera, mis abuelos (sus padres)  se enamoraron una noche de Carnaval en el Cervantes, entonces teatro donde se hacían bailes. En casa siempre se ha cantado eso de “los boquerones y las sardinas tú los conoces mejor que la gasolina”, la historia de una  pescadera que colocó en su puesto la bandera de España ante la visita de Alfonso XIII  y pequeñas cotidianeidades de aquella Ceuta en la que mi padre era un adolescente.

A mi el Carnaval me gusta, eso de que luche don Carnal y doña Cuaresma y aflore el primero por unos días me parece perfecto, además a mi todas las fiestas me gustan. Me gustaría más que tomásemos  con más ganas la calle y fuésemos más participativos.  Pero como alternativa al frío del invierno ponerle calor y color a las calles es prácticamente perfecto.

Así que a coser, me ha tocado.

Mientras hilvanaba, más o menos acertadamente pensaba en el afiliado de Comisiones que había sido agredido la noche anterior, como los medios hasta hace poco, no facilitaban el nombre pensaba en mi amigo Calleja, que se mete en todos los charcos. Y como tampoco me cogía el teléfono, andaba de Congreso de Coco,  pues me tenía preocupada. No ha sido él, pero es triste que le partan la cara a alguien por ser de un sindicato.

Y es triste la reacción de mi partido, y es triste el desconocimiento de la sociedad, en el taller de costura carnavalera nadie se había enterado.

Así que espero que el dios Momo nos acompañe, porque como dice Caberna, hay que huir de la realidad de vez en cuando.

 

1 Responses to Hilvanando Carnaval

  1. caberna dice:

    Gracias por mandarme esta entrada, África. Hablando del carnaval antiguo de nuestros padres y abuelos en Ceuta, no sé por qué me ha venido a la memoria un trozo de esa coplilla que se cantaba sobre la pescadería en la que pusieron una bandera. Creo que decía algo así: «…y una vieja que vende estropajo puso una bandera que está todavía» (cantado con aire de tanguillos de Cádiz, claro).

    Sí, habrá que dejarse llevar unos días por el dios Momo, a ver si nos despejamos un poquito la cabeza.

    Un beso y feliz carnaval, «marchosa, que te metes en to los fregaos»

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