Tapadas en la playa

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Hemos ido a la playa, María me recogía con el coche para bañarnos en la bahía sur, es poniente (para los foráneos quiero decir viento de poniente) y allí se está mejor que en la bahía norte que sopla el viento y probablemente habrá olas.

No había donde aparcar y la Guardia Civil vigilaba con celo los lugares, donde aunque no se debe dejar el coche la gente lo deja. Así que todo lleno, un sábado por la tarde es difícil encontrar un hueco.

Le he propuesto ir a la Almadraba, que es una playa que me gusta desde siempre, aunque me queda muy lejos, es una playa tranquila, donde van principalmente familias a pasar el día. Allí celebran la misa  los pescadores a la Virgen del Carmen, y en esa playa la sumergen y se  bendice el agua.

Es una playa, en la bahía sur donde no hay demasiada gente.

Así que convenciendo a María,  allí nos hemos dejado  acariciar por el sol y las olas. Viendo secarse los bonitos en los chiringuitos, disfrutando de un día hermoso de calidez  y  de luz.

Pero inevitablemente he mirado, después de bañarnos, de untarnos con bronceadores y secarnos al sol, y he visto. Éramos las únicas mujeres en bikini. Había mujeres jóvenes bañándose  vestidas, con una especie de blusón y pantalones. Mujeres jóvenes con hijos cubiertas, sin bañarse y señoras mayores tambien cubiertas y sin bañarse.

Me gusta la ciudad de los contrastes, y entiendo que cada uno tiene derecho a desnudarse o no ante el sol.

Cerca de nosotras había una mujer joven, estaba vestida de rojo, con pantalones y chilaba roja y un pañuelo negro ocultando el pelo, a su lado un hombre en bañador, dejándose tocar por el sol y metros más adelante, en la orilla, un niño de dos años jugando con las olas. Ella miraba a su hijo entusiasmada, se reía ante el juego y las sonrisas del pequeño. .. Recordé a mi hijo cuando tenía dos años, cómo nos gustaba bañarnos juntos, cómo disfrutábamos los dos con el colchón, echándonos agua, cómo hacíamos pozas en la orilla. Pensé que esa mujer le gustaría participar en el juego  con su hijo, y no soportar el  calor y el sol con resignación. Me hubiese gustado preguntarle…

Era tan joven como yo lo era hace veinte años.

Recordé a mi madre, acompañándome a Playa Benítez, vestida, como  casi todas las madres de entonces, para que yo disfrutara del agua, vigilándome siempre pero sin participar.

Me hubiese gustado preguntar a mi madre, a la mujer joven del pañuelo, si lo hacía por convencimiento,  por  vergüenza o porque era algo impuesto por la sociedad, la de entonces y la de hoy.

Qué grado de libertad tenían y tienen y si es algo que habían elegido o eligen.

La respuesta de mi madre me la sé, la de la mujer del pañuelo negro no.

6 Responses to Tapadas en la playa

  1. Santiago dice:

    Hace poco, al entrar a la instalación de unas piscinas, ví a una señora musulmana bañándose en la infantil, completamente vestida de los piés a la cabeza, no me fijé si usaba calzado también. Le conminé a que se saliera inmediatamente y que leyera el cartel de información instalado justamente detrás. Gesticulando, me hacía saber que no entendía lo que quería decirle. Al verme un poco alterado, asustada se fué a buscar al marido, o al hermano, y con el dedo me acusaba, no sé de qué. Le dirían algo y supongo que seguiría allí en el césped, tomando el sol con sus incómodos trapajos, junto a una señora en top-less, con un minúsculo tanga, reducido a la mínima expresión.

  2. caberna dice:

    Conozco varios casos de mujeres jóvenes, de religión musulmana, alumnas que fueron -o que siguen siendo- de nuestro centro. Cuando llegaron, venían con sus vaqueros y sus blusas de colores juveniles. Venían de otras zonas de España, o incluso de Marruecos. Pero el tiempo pasó y se emparejaron… Se acabaron los vaqueros, las blusas de colores y la sonrisa juvenil. Volvieron a aquella indumentaria que yo veía hace muchos años en Haddú y que poco a poco fue quedándose para las mujeres de la generación de mi madre.
    La mujer musulmana vuelve a la Edad Media, tristemente para ella. Lo siento pero no me lo creo; no me trago que vistan así por propia elección. Nadie quiere asarse al sol en verano por gusto de ir tapada hasta las orejas.
    He hablado con alguna. Lo que hay es «resignación» como había en España en otra época felizmente superada, pero lo que no hay es «elección libre», aunque muchas mujeres no lo van a admitir porque no tienen la libertad necesaria para hacerlo. Estoy convencido.

    A ver: A lo que hacían los hombres en España de no dejar salir a la mujer sola ni a la puerta de la calle se le llama por su nombre, o sea «machismo asqueroso» y a que una mujer musulmana tenga que ir tapada hasta los ojos a la playa… ¿le vamos a llamar «elección libre» o «libertad religiosa»? ¡¡Venga ya, hombre, que no me lo trago, que soy muy viejo ya!!

    Perdón, pero estas cosas me sacan un poquito de quicio.
    Un beso.

  3. ¿Y qué me dices de lo de dar un paseo con tu marido?, eso sí, a dos metros detrás de él con la prole…

    Yo se lo quiero achacar a la incultura, a la falta de desarrollo. El grado de desarrollo de un país puede medirse paralelamente al grado de desarrollo, social y cultural, que tienen sus mujeres.

    He tenido la oportunidad de conocer a mujeres árabes con las que he compartido charlas en discotecas mientras nos tomábamos cubatas y cubatas… ¿La diferencia? Pues seguramente que había pasado parte de su infancia en Francia o Inglaterra, había estudiado la Universidad en Estados Unidos, y una vez casada, al marido no se le ha ocurrido ponerle un velo o encerrarla en casa…

    Afortunadamente sigue con sus bañadores y bikinis por la playa…

  4. Nine dice:

    Para mi es machismo puro, todo lo demás son excusas de hombres celosos y mujeres sometidas.

    Ellos, en la playa disfrutando del sol, del agua y de la visión de otras mujeres ya sea en bikini o en traje de baño.

    Ellas, vestidas sentadas en la arena comtemplando como los rayos de sol acarician todos los cuerpos menos los suyos, sin quejarse, con el deseo de este dusfrute reflejado en sus miradas.

    Ellos creyendo que las demás son unas…(escriba cada uno lo que desee)y las suyas como debe estar una mujer ante la mirada de otr@s. Intentando sin exito avergonzar a la que se quite la ropa en la playa o en el Parque del Mediterráneo.

    Ellas, diciendo que es por propia elección. Me cuesta creerlo o es que son como ellos y entonces les aplicaría el refrán: «Sarna con gusto…»

    ¿Os imaginais a las cristianas yendo a la playa con peineta y mantilla, porque somos muy españolas y religiosas? Sería rídiculo.

    Pero lo triste y lo que más me saca de mis casillas es que si se les prohibiera a estos hombres ir a la playa con mujeres vestidas, seguro que las dejarían en casa y ni siquiera tendrían la oportunidad de ver a sus hijos divertirse y estar aunque sea con ropa en la playa.

    ¿A alguien se le ocurre una solución?

    Sólo me pregunto:¿Cuántos años han de pasar para que se modernicen un poco estos machistas retrógrados?, algo que no se conseguiran si ellas no colaboran y les plantan cara.

    Lo que está claro es que la conquista que hicimos las chicas al final de los años sesenta poniéndonos el bikini se va a perder y veremos nuestras playas llenas de mujeres vestidas no siendo una elección libremente elegida por ellas.

  5. Nine dice:

    Un afectuoso saludo África, me encanta tu blog.

  6. Africa Puente Cristo dice:

    Muchas gracias Nine, y bienvenida a ésta tu casa.

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